Desde hace ya algunas semanas las entidades con las que colabora la Fundación Probitas han dado el pistoletazo de salida para el inicio de la temporada de las actividades de verano. Como cada año, la Fundación colabora a lo largo del mes de julio y agosto con becas para que niños y niñas en situación de vulnerabilidad puedan disfrutar de unos días de entretenimiento una vez acabado el curso escolar.

Este verano, la Fundación Probitas reparte cerca de 9 000 becas entre más de 120 entidades repartidas por toda España. Estas cifras representan un importante incremento respecto al año 2019.Y es que este año, más que nunca, niños, niñas y jóvenes merecen y necesitan disfrutar de unos días fuera de casa, con chicos y chicas de su edad con los que recuperar las dinámicas de juego, las habilidades sociales y grupales, el tiempo de ocio y el deporte. En definitiva, se trata de recuperar los ritmos y sensaciones del verano a través de las actividades de los campamentos.

Tras el período de confinamiento, con el inicio de vuelta a esta nueva normalidad que se impone a golpe de mascarilla, los campamentos de verano han iniciado sus actividades rodeados de todas las medidas de protección y prevención necesarias. Monitores y monitoras desde su trabajo en primera línea y la organización de los campamentos, desde la retaguardia, han puesto el foco en la seguridad y la salud de todas las personas que participan.

Carteles para el lavado de manos, recordatorios del uso de la mascarilla, la distancia de seguridad y demás carteles y normas cubren estos días las paredes de los centros donde se realizan las actividades.

Pero, a pesar de que algunas cosas han cambiado, cuando uno se acerca a cualquiera de estos campamentos, los gritos, las risas y las carreras suenan igual que cada año. Falta hacía.