El Día Mundial de la Salud Mental se celebra este 10 de octubre en un contexto internacional marcado por la pandemia. El estallido de la Covid-19 ha afectado profundamente a la salud, la economía y la vida cotidiana de millones de personas. Para aquellas que tienen afecciones de salud mental, la situación ha conllevado un aislamiento social aún mayor. Por todo ello y a partir de la experiencia adquirida en emergencias pasadas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronostica que las necesidades de apoyo psicosocial aumentarán considerablemente en los próximos meses y que los efectos de esta crisis sanitaria a nivel emocional y psicológico pueden prolongarse durante años.

Estas previsiones ponen en evidencia la necesidad de seguir invirtiendo y apoyando acciones para mejorar la salud mental, un área que la propia OMS considera como una de las más desatendidas de la salud pública. En este sentido, la celebración del Día Mundial constituye una oportunidad para reivindicar una mayor atención a este tipo de necesidades, así como para poner en valor los proyectos que ya trabajan en este ámbito.

La Fundación Probitas respalda desde hace años iniciativas que buscan mejorar la salud mental y la calidad de vida de los menores y de sus familias. Lo hace a través de su programa de Salud, Innovación y Terapias (SIT), en el que invierte anualmente más de 500.000 euros y que trabaja en cuatro ámbitos: la prevención y sensibilización de la salud mental en el entorno social; la formación de profesionales de la salud que trabajan en el día a día con niños, niñas y jóvenes vulnerables; la consolidación de proyectos de intervención directa y terapias innovadoras; y los estudios epidemiológicos e investigación operativa sobre diferentes patologías de interés.

A través de SIT, la Fundación participa en proyectos dirigidos a profesionales del ámbito social y de la salud, con el objetivo de ampliar sus conocimientos y proporcionar mecanismos en el ámbito de la salud mental. También trata de fortalecer el conocimiento que tienen las personas que forman parte del movimiento asociativo sobre la realidad de los jóvenes con trastornos mentales. En este sentido, promueve buenas prácticas y líneas de intervención comunes con el propósito de eliminar el estigma, favorecer la intervención integral y garantizar la inclusión social de los menores.