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Los jóvenes vulnerables se quedan sin ayudas cuando empiezan la secundaria

Los jóvenes vulnerables se quedan sin ayudas cuando empiezan la secundaria

February 24, 2017

Al iniciar la ESO las administraciones  dejan de ofrecer becas comedor a los niños y jóvenes vulnerables  debido al horario intensivo de los institutos y el consecuente cierre de las cantinas.  Esta falta de ayudas ha perjudicado gravemente a aquellos alumnos más vulnerables y en riesgo de exclusión social que hasta ese momento habían estado recibiendo la ayuda y cuya situación familiar y social siguen siendo la misma. 

La Fundación Probitas, ante esta necesidad latente, ha decidido  iniciar un activismo pragmático a partir de su programa RAI-ESO, con la finalidad de volver a ofrecer una comida nutritiva al día a los niños y jóvenes más vulnerables de secundaria y asegurarles un espacio de protección donde realicen actividades socio-educativas, deporte y refuerzo escolar. 

Durante el curso 2012-2013 la mayor parte de los institutos públicos decidieron compactar el horario lectivo, dejando a muchos jóvenes sin comedor, ya que al finalizar las clases al mediodía los institutos dejaron de ofrecer el servicio de comedor con la consecuente eliminación de las ayudas por parte de la administración. Esta medida ha tenido un impacto especialmente negativo entre los niños y jóvenes más vulnerables, que han sido excluidos de la oportunidad de asegurarles una comida completa al día. Los alumnos que hasta ahora se beneficiaban de esta ayuda en junio mientras cursaban 6º curso de primaria,  la pierden en setiembre al pasar a la ESO. Sólo aproximadamente un 1.7% mantiene estas becas, una medida del todo insuficiente atendiendo a las cifras de riesgo de pobreza en Catalunya y España. 

En 2015 la Fundación Probitas inició su proyecto propio RAI-ESO con la finalidad de cubrir las necesidades alimentarias de los niños y jóvenes en riesgo de exclusión social, dentro del programa RAI (Refuerzo de la Alimentación Infantil).

El programa pretende ofrecer una comida saludable y nutritiva además de un espacio de protección de 14h a 17h donde realizar actividades socioeducativas, deporte y refuerzo escolar a adolescentes de entre  11 y 17 años. 

Este programa piloto se desarrolla en 7 centros de 6 municipios (L'Hospitalet del Llobregat, Montornès del Vallès, Canovelles, Terrassa, Sabadell y Salt) y da cobertura a un total de 215 beneficiarios. El proyecto lo desarrolla Probitas en colaboración con institutos públicos de secundaria, entidades de acción social, ayuntamientos y servicios sociales que son los encargados de identificar a los menores susceptibles de ser beneficiarios del proyecto. En la medida de lo posible se intenta que las actividades se lleven a cabo en los mismos institutos, y en caso de no serlo, en los centros abiertos de las entidades o espacios cedidos por el ayuntamiento. La Fundación Probitas selecciona en cada municipio a la entidad social que se considera más idónea para la implementación del proyecto RAI-ESO, y es la entidad quien contrata a los educadores sociales, monitores y el servicio de catering.  

El objetivo del proyecto, aparte de servir una comida completa a los menores, es ofrecerles un espacio de acogida y protección donde puedan llevar a cabo diferentes actividades socio-educativas y/o de refuerzo escolar. Cabe destacar que este programa piloto está acogiendo a un máximo de 40 menores en cada centro, y actualmente varios municipios cuentan con lista de espera para entrar al programa. Esta demanda constata la necesidad de este recurso nutritivo y socio-educativo para menores en riesgo de exclusión social en los diferentes municipios donde actuamos. 

Recientemente se ha llevado a cabo una evaluación a partir de un cuestionario respondido por los educadores y monitores de las entidades que trabajan día a día en el proyecto RAI-ESO, donde se ha podido extraer diversas conclusiones: 

Por parte de los educadores y monitores se valora muy positivamente el trabajo conjunto con Servicios Sociales para detectar los casos de menores vulnerables que necesitan acceder al programa.

Tanto los directores de instituto como los educadores están de acuerdo en el impacto positivo del programa y se puede constatar una mejora en la nutrición de los menores, una disminución del absentismo escolar y un cambio en el comportamiento de los jóvenes después de meses de recibir este apoyo. Se les ve más alegres, con mayor predisposición a participar en las actividades y una mayor cohesión del grupo. Las familias, por su parte valoran muy positivamente el programa, y se ha observado una mejor  relación de las familias con las entidades sociales. 

Para el curso 2017-2018 se prevé ampliar  el número de menores beneficiarios del proyecto RAI-ESO ya que creemos que es un pilar indispensable del programa RAI, y una necesidad real de estos menores vulnerables no cubierta por la administración pública. El modelo RAI-ESO que denominamos "Comemos juntos" está siendo muy exitoso en los 7 proyectos piloto que estamos desarrollando y esperamos crecer y replicar el proyecto en otros institutos donde se detecten niños y jóvenes vulnerables.